I
En esta tarde abrumadora,
donde tan solo me acompaña la
soledad
y el hechizo silencioso de unas
letras,
donde la rutina de una tila
se convierte en mi cloroformo por
unas horas,
en este nefasto lugar, donde lo
único que me sosiega es,
el vago recuerdo de tu mirada, un
papel en blanco,
y una pluma cargada de poesía.
II
Otro día más,
perdida
entre el engañoso humo de un amargo café,
continuo
aquí, inmóvil, invadiéndome de rutina y sin sabores,
hueca de
esperanza.
Sigo
aquí, preguntándome, que puedo hacer ante este hábito inveterado
que me
inunda de rabia e impotencia; atada de pies y manos, sin más escapatoria que,
estas
desahogadas letras que ruedan a través de un
gélido teclado.
III
Hoy, la
lluvia acentúa mi tristeza,
en el
patio sin aire donde cada atardecer
se
desvanece ante mis ojos el confín de mis
sueños.
Hoy, el
día es gris, más gris que de costumbre,
y no
tengo ninguna ventana la cual pueda abrir
para
gritar y escupir las babas que no dejan de ahogarme
en este desierto callejón, ausente de vida.
IV
Nuevamente amanece, sin ninguna
certidumbre,
sin absolutamente nada que me haga
sentir un ápice de calor en mis venas.
Me ubico frente al espejo por un
instante, intentando ver más allá de mi interior,
pero me flaquean las fuerzas, y no
logro, o quizá, no quiera, verme con claridad.
Sé, que debo tomar una decisión,
debo arrancarme de una vez y para siempre
estas insoportables cadenas que,
oprimen mis pensamientos disolviéndolos
como gotas de agua.
como gotas de agua.
© Luisa López Gómez
No hay comentarios:
Publicar un comentario