Comienza a lloviznar sobre mi memoria
y mi piel empapada reclama tu presencia.
Agarro con fuerza el agua de la lluvia
intentando trazar tu nombre con mis dedos,
pero las gotas de lluvia se escapan entre mis manos
sin tan siquiera alcanzar a componer la primera letra.
Calada hasta los huesos regreso por lo albores
persiguiendo tu recuerdo...
[...]
Congelo esa mirada de tu adiós en mi memoria,
ante la adversidad me doy cuenta de que ya no estás
y de nuevo regreso a la realidad, palpando tu ausencia.
© Luisa López Gómez